La carencia e inseguridad de vivienda son problemas serios a lo largo del país. La inflación, el costo de comprar o arrendar viviendo, y los cambios en el mercado laboral han creado más incertidumbre económica para un segmento cada vez mayor de la población. Al mismo tiempo, el gobierno local y estatal están agudizando el problema para las personas sin hogar al aprobar leyes contra la vagancia.
Las Iglesias y comunidades de fe buscan maneras de defender los derechos de la gente sin hogar, pero es difícil saber por dónde empezar cuando se aborda un problema tan gigantesco. Para IMU Mary Taylor Memorial, de Milford, Connecticut, el servir y abogar por otros empezó cuando se reunieron con ellos cara a cara en una mesa abierta.
Conozca a la gente que usted quiere ayudar
Hace unos años, Mary Taylor Memorial empezó a ofrecer cenas comunitarias gratuitas cada cuarto jueves del mes. El evento estaba abierto a todos. Mientras que mucha gente que viene a estas cenas son gente sin hogar o en situaciones inestables de vivienda, otras personas son miembros de la iglesia local y vecinos que buscan conocer a más gente.
“Las comidas tienen como fin ser una oportunidad para entablar relaciones, para sentarnos junto a personas para escuchar sus historias. Esto nos ha ayudado a aprender de ellos acerca de sus necesidades y de las mejores maneras de servirlos”, dice el Rev. Dr. Roy Grubbs, pastor de Mary Taylor Memorial.
Además de proveer comida, la iglesia instala una mesa con artículos de primera necesidad como ropa y artículos de tocador donados por miembros de la congregación. Los invitados pueden llevarse todo lo que necesiten. La misma mesa también contiene verduras cultivadas en el huerto de la iglesia.
Mary Taylor Memorial no desea tratar sólo los síntomas de la falta o inseguridad de vivienda. Se busca abordar las causas que llevan a la carencia de vivienda, a la vez de apoyar los esfuerzos para proveer de viviendas más asequibles en toda la comunidad. Para lograrlo, necesitan ayuda.
Identifique organizaciones locales asociadas que podrían ayudar
Un cambio positivo real demanda una comunidad de gente unida que trabaja junta. Mary Taylor Memorial sabía que necesitarían ayuda, así que indagaron acerca de otras organizaciones sin fines de lucro y grupos de abogacía que ya estaban trabajando en el problema. La mayoría de estas organizaciones estaban encantadas de unir sus esfuerzos con una comunidad de fe establecida y respetada. Rachel Merva, antigua miembro de la iglesia y residente de Milford, lideró el trabajo de entablar relaciones.
“Nos unimos a una organización de base llamada All In Alliance. La organización está presente en comunidades a través del estado. Se compone de residentes, líderes de fe y personas que trabajan en abogacía. All in Alliance (todos en alianza) procura asegurar que todos los miembros de la comunidad tengan voz, alimento y un lugar donde vivir”, dice Rachel Merva.
La iglesia también se asoció con Beth-El Center (Centro Betel), un organización local sin fines de lucro que provee de alimentos y refugio para la gente sin hogar. Beth-El ayudó a la iglesia a lanzar su programa de cenas comunitarias y a que se conectara con la gente sin hogar de la comunidad. Con el tiempo, el ministerio se expandió a otras organizaciones sin fines de lucro y comunidades de fe que se han involucrado.
“Estamos en el proceso de empezar un nuevo programa asociado con Beth-El llamado Welcome Home Ministries (Ministerios Bienvenido a Casa) que está diseñado a ayudar a que la gente se mueva del refugio a una vivienda permanente junto al proceso de transición en el que ofrecemos almacenamiento y medios para la mudanza”, dice Rachel Merva.
“Este programa se ha extendido para incluir a otras iglesias y grupos religiosos que no tienen el mismo espacio o recursos que nosotros tenemos, pero que están comprometidos a servir a la comunidad. Se trata de que todos se unan para cuidar unos de otros”, dice el Rev. Grubbs.
Aproveche su influencia como comunidad
La buena abogacía usa su voz a favor de aquellos que a menudo pasan desapercibidos en los lugares de poder. La congregación sabía que la voz colectiva de sus miembros, sus vecinos y otras comunidades locales de fe y sin fines de lucro fortalecerían su defensa de los derechos humanos.
Además de la cenas gratuitas, la iglesia también organizó reuniones comunitarias periódicas donde se ofrece información en asuntos locales tales como el desarrollo de viviendas, transporte y acceso a alimentos. Algunas veces la asistencia de las reuniones va más allá de cien personas. Las reuniones también son una oportunidad de organizar peticiones al gobierno local y estatal.
“La gente más necesitada con frecuencia no tiene voz en la mesa. La mayoría no asiste a las reuniones del gobierno local. Ayudamos a amplificar sus voces a través de nuestro testimonio. Los miembros de nuestra congregación han asistido a las reuniones de la junta de zonificación local para defender a la gente sin hogar”, dice Rachel Merva.
Esta forma de abogacía colectiva está dando fruto. Recientemente, la Junta de Planificación y Zonificación de Milford aprobó una resolución para expandir las operaciones de Beth-El. En parte, esto fue posible gracias al apoyo masivo de los residentes de la ciudad y de las instituciones locales como Mary Taylor Memorial.
Produciendo un cambio real
La manera en que IMU Mary Taylor Memorial aborda la carencia de vivienda y de vivienda asequible demuestra el poder de la acción comunitaria basada en relaciones, asociaciones y abogacía. Por medio de empezar con actos simples actos de compañerismo, como cenas compartidas, la iglesia ha fomentado la confianza y las relaciones con los necesitados. A través de la colaboración con organizaciones local y el compromiso de usar nuestra voz colectiva, se está produciendo cambios.
Philip J. Brooks es administrador de contenido para liderazgo en Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee, USA.