Se llama Tiempo Ordinario al extenso período que viene entre el domingo de Pentecostés y el comienzo de Adviento, lo que abarca la mayoría del verano y los meses del otoño.
A pesar de su nombre, esta temporada litúrgica no tiene nada de ordinario tanto en la vida de la iglesia como en la vida de los feligreses. Los niños están fuera de la escuela por gran parte de la temporada, las familias se van de vacaciones y los jóvenes se van a viajes misioneros. Además, durante el tiempo ordinario ocurren festividades importantes, como el 4 de julio, el Día del Trabajo, Día de los Veteranos, Halloween y Día de Acción de Gracias.
Aunque muchas congregaciones se vean tentadas a tomar el llamado Tiempo Ordinario como un período de inactividad dada la disminución de asistencia a la iglesia, lo cierto es que se puede convertir en un período de crecimiento espiritual, profunda participación y vibrante comunión. Aquí le compartimos algunas ideas para ayudarle a convertir el tiempo ordinario en tiempo extraordinario.
Crecimiento espiritual
En la iglesia primitiva, el tiempo ordinario se dedicaba a hacer y formar nuevos discípulos. Puesto que en el verano algunos feligreses —como estudiantes y maestros— tendrán más tiempo libre u horarios más flexibles, esta podría ser una temporada ideal para empezar un nuevo grupo pequeño o estudio bíblico.
Cokesbury y Amplify Media ofrecen muchos estudios y planes de estudio para escuela dominical o grupos pequeños.
También podría aprovechar este tiempo para un retiro espiritual o una experiencia de inmersión. Emmaus Ministries ofrece oportunidades de crecimiento espiritual para jóvenes y adultos de todas las edades.
Viajes misioneros
Muchas iglesias también usan el tiempo ordinario del verano para viajes misioneros. Esta podría ser la perfecta oportunidad para que los jóvenes o jóvenes adultos que están de vacaciones puedan viajar, reconectarse unos con otros y servir a comunidades necesitadas. Los viajes misioneros también podrían ser una magnífica oportunidad para adultos jóvenes que buscan nuevas formas de servir a Dios y a sus vecinos. La Comisión General de Religión y Raza tiene información de cómo organizar un viaje misionero en la forma correcta.
Sirva a la comunidad local
Uno no tiene que viajar fuera o a través del país para producir cambios en la vida de la gente. Hay muchas oportunidades para servir en tu ciudad o comunidad. Hay programas preexistentes para que la congregación participe: Comedores populares, bancos de alimentos, reparto de comida, voluntariado en hospitales locales, residencias para ancianos y organizaciones para el bienestar animal.
Su iglesia podría decidir organizar su propio programa de alcance comunitario de verano, como un campamento de arte o comidas comunitarias semanales para las personas sin hogar.
¡A divertirse!
Claro que si todo es puro trabajo sin diversión el tiempo ordinario será una carga. Aproveche el clima caluroso y el tiempo libre para que los niños y las familias participen en actividades divertidas. No se necesita organizar algo inmenso o elaborado. Podría ser un picnic en el parque o una película gratis en el estacionamiento de la iglesia. Podría ser una noche de juegos para las familias o una noche de fiesta y juegos para los jóvenes. También podría organizar la asistencia a un evento que se celebra en la comunidad, como un partido de béisbol, obra de teatro, concierto o fiesta vecinal.
Conclusión
El tiempo ordinario podría ser extraordinario si su congregación lo usa para profundizar su relación con Dios, servir a los necesitados y fortalecer un sentido de comunidad a través de camaradería y ministerios compartidos. No pierda la oportunidad.
Contenido producido por ResourceUMC. Philip J. Brooks es administrador de contenido para liderazgo en Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee, USA. Contáctese por email.