Derribando barreras e invitando a quienes buscan espiritualidad
Casi un 100% de las iglesias creen que invitan a las personas nuevas que desean participar y unirse a sus congregaciones. Pero a menudo consideramos que nuestras comunidades de fe invitan sin realmente considerar a qué estamos invitando a la gente cuando abrimos nuestras puertas. Quizá sintamos que les ofrecemos una comunidad de vínculos y discipulado sin darnos cuentas que levantamos barreras que mantienen alejados a los que buscan espiritualidad.
Como líderes metodistas unidos, es vital que consideremos cómo remover las barreras que impiden que los que buscan espiritualidad encuentren el valor y conexión que ofrecen nuestras congregaciones, a la vez que edificamos caminos abiertos para que las personas nuevas se involucren en nuestras comunidades.
Definiendo la invitación
Cuando muchos de nosotros hablamos de invitar a la gente a la iglesia, lo que queremos decir es invitarlos al culto de adoración. Para muchas iglesias, la experiencia de adoración es el evento central del ritmo de la comunidad, pero no siempre es la experiencia que buscan los que no pertenecen a la iglesia.
Si al invitar a la gente, nuestra meta es que asistan al culto de adoración, entonces estamos peleando una batalla cuesta arriba. Los buscadores de espiritualidad del día de hoy con frecuencia buscan mucho más que el servicio del domingo. Anhelan una comunidad auténtica, vínculos significativos y oportunidades para involucrar su fe de una manera práctica y significativa. No pueden ver cómo el culto dominical va a satisfacer estas profundas necesidades. Por tanto, es esencial que repensemos a qué estamos invitando a la gente cuando les decimos que vengan a la iglesia. ¿Les ofrecemos un espacio en el que pueden levantar preguntas y expresar sus dudas? ¿Les ofrecemos medios de crecimiento personal, justicia social y participación comunitaria? Para que nuestra invitación realmente resuene con los buscadores, tiene que extenderse más allá de las bancas para llevarlos al corazón de lo que significa conectarse con una comunidad significativa.
A riesgo de sonar consumista, sugeriría que centremos nuestras invitaciones en el valor que nuestra congregación puede comunicar a los buscadores de espiritualidad. En otras palabras, les ofrecemos conexiones, un sentido de valor personal y de propósito común.
Superando las barreras
Hay varias barreras que sin querer nuestras congregaciones levantan. Estas barreras impiden que los buscadores de espiritualidad oigan nuestras invitaciones y que sientan la inclusión y aceptación que ofrecen nuestras comunidades.
Primero, sin darnos cuenta hacemos difícil que la gente llegue a conocer nuestra iglesia. En el mundo de hoy, es fácil acceder a información en todo momento. Podemos enterarnos de muchas cosas respecto a una organización o establecimiento antes de que pongamos un pie en sus instalaciones o reuniones.
En mi familia, antes de visitar un restaurante, por lo general hacemos algo de investigación digital. Vemos las versiones digitales del menú, miramos fotos para ver qué tipo de ambiente ofrece y leemos las reseñas escritas por los clientes. Estoy seguro de que no somos los únicos. Dudo que seamos los únicos que investigan en la web para decidir si vamos a visitar o no una tienda o un programa de televisión.
¿Se le ha ocurrido algunas pensar si este tipo de información está disponible para las personas que casualmente investigan su iglesia? No tenemos un menú que compartir, pero podemos dar a conocer lo que ofrecemos y lo que la gente puede esperar encontrar cuando nos visiten.
Para eliminar la barrera del desconocimiento, necesitamos dar a conocer cómo la gente nueva podría adquirir información sobre nuestra comunidad y cómo podrían unirse a nosotros. También necesitamos pintar un cuadro realista de cómo se ve nuestra comunidad en la práctica. Esto significa compartir imágenes auténticas de nuestra comunidad. Debemos evitar escondernos detrás de fotos de internet (stock photos) para llenar nuestros sitios web y páginas de los medios sociales. También debemos pedirle a nuestros miembros que compartan en la web lo que encuentran valioso en nuestra iglesia.
Segundo, otra barrera tiene que ver con cómo hablamos del futuro. Los últimos años han sido muy desafiantes para la conexión metodista unida. Los desafíos seguirán con nosotros. Pero al hablar de los desafíos, ¿hablamos con un sentido de aprensión y temor o comunicamos un sentido de esperanza y optimismo acerca del futuro? Es poco probable que los buscadores de espiritualidad que visitan nuestra iglesia se nos unan si los líderes de la congregación hablan más favorablemente del pasado que del futuro.
Por último, levantamos barreras cuando no detallamos un camino claro de cómo la gente nueva se puede involucrar en la iglesia. ¿Estamos realmente listos para recibir gente nueva? Si nuestro proceso de inclusión y participación no está claramente definido, corremos el riesgo de dejar a los buscadores sintiéndose como extraños. ¿Tenemos clases de membresía para ofrecer? ¿Tenemos programas de mentoría? ¿Hay algún método para que la gente pueda hacerle preguntas a los pastores y líderes? Si se soluciona el problema del camino hacia la inclusión, esto removerá otra barrera.
Construya el camino
Podría ser útil ponerse en los zapatos de la persona nueva que llega a su comunidad de fe. ¿Cómo adquiriría información acerca de su iglesia? ¿Qué pasos daría para involucrarse?
También sería bueno invitar a los miembros de su iglesia a que compartan sus historias y fotos acerca de la iglesia. Pídales que compartan reseñas en los medios sociales, así como fotos de la congregación en acción para ponerlas en el sitio web de la iglesia y en medios sociales.
Para más ideas sobre cómo invitar a los buscadores a que vengan a su congregación y cómo construir un camino hacia la membresía, visite “Welcoming and Invitation” que es parte de ResourceUMC, la página web ideal para los líderes de la Iglesia Metodista Unida.
Ryan Dunn, es ministro de involucramiento por la web de Rethink Church, un departamento de Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Ryan se especializa en el ministerio con jóvenes y jóvenes adultos. También produce Compass Podcast y Pastoring in the Digital Parish Podcast. Ryan es padre, esposo y peregrino espiritual. Contáctese por email.